miércoles, 13 de junio de 2012

Evaluar la creación de un cómic

El cómic

Se llama historieta o cómic a una «serie de dibujos que constituyen un relato», «con texto o sin él», así como al medio de comunicación en su conjunto. Partiendo de la concepción de Will Eisner de esta narrativa gráfica como un arte secuencial, Scott McCloud llega a la siguiente definición: «Ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información u obtener una respuesta estética del lector». Sin embargo, no todos los teóricos están de acuerdo con esta definición, la más popular en la actualidad, dado que permite la inclusión de la fotonovela y, en cambio, ignora el denominado humor gráfico.
El interés por el cómic «puede tener muy variadas motivaciones, desde el interés estético al sociológico, de la nostalgia al oportunismo». Durante buena parte de su historia fue considerado incluso un subproducto cultural, apenas digno de otro análisis que no fuera el sociológico, hasta que en los años 60 del pasado siglo se asiste a su reivindicación artística, de tal forma que Morris y luego Francis Lacassin han propuesto considerarlo como el noveno arte, aunque en realidad sea anterior a aquellas disciplinas a las que habitualmente se les atribuyen las condiciones de octavo (fotografía, de 1825) y séptimo (cine, de 1886). Seguramente, sean este último medio y la literatura los que más la hayan influido, pero no hay que olvidar tampoco que «su particular estética ha salido de las viñetas para alcanzar a la publicidad, el diseño, la moda y, no digamos, el cine».

Nuevas herramientas 

Internet nos da algunas herramientas para poder desarrollar este contenido con nuestros alumnos de primer ciclo. Una alternativa interesante, es el creador de cómic básico de GARFIELD, que cuenta con tres viñetas, cinco personajes en diferentes estados y los globos respectivos, donde los alumnos pueden escribir sus diálogos, para finalmente ser impreso y evaluado.

La evaluación: esta herramienta interactiva puede ser muy útil para aquellos niños que no poseen habilidades para el dibujo, esta impericia puede volverse en contra a la hora de realizar esta actividad, quienes pueden desviarse fácilmente  del objetivo de su trabajo, en el afán de recrear un personaje difícil de lograr. Lo trascendente en esta oportunidad  no es  si el alumno sabe dibujar,  en efecto lo importante es la coherencia en la elaboración de los diálogos, la utilización de los signos correspondientes, onomatopeyas, etc.

Esta herramienta facilita la labor del alumno y agiliza los tiempos de la  actividad, tanto del niño en la ejecución del trabajo, como del profesor en la evaluación de la actividad.  Además que las correcciones que se realicen durante el proceso no significarán que el niño tenga que "borrar" alguna parte de su trabajo estropeándolo, en el caso que se hiciera en papel, ya que las correcciones digitales  se realizan de forma rápida y limpia, sin intervenir demasiado, solo se interviene lo necesario.

De esta manera podemos observar cómo una vez más el uso de herramientas didácticas digitales, bien dirigidas, supera enormemente en eficiencia y eficacia  los trabajos tradicionales de la vieja escuela. 





Evaluación de cómic (udd lenguaje)